domingo, 20 de julio de 2008

GENERAL TOMÁS REGALADO ROMERO UN PRETERITO PRESENTE


EL GENERAL TOMAS REGALADO UN PRETERITO PRESENTE.


Me encuentro ocupando humildemente esta ilustrada tribuna, ante tanta jerarquía espiritual como la que nos tiene aquí congregados; empero, en lo personal, no podía eludir un compromiso adquirido como soldado salvadoreño y miembro de la prestigiosa Academia de Historia Militar de El Salvador.
Me encuentro aquí, pues amparado sólo por la benevolencia y cortesía de Uds, sin más armas que mi ánimo y tal vez mi buena suerte de no defraudarles, en el transcurso de mi relato, que he titulado “El Gral. Tomás Regalado un Preterito Presente”.

GLORIA Y FAMA DE REGALADO
En la segunda mitad del siglo XIX, los sucesivos períodos de gobierno, los liberales dieron pasos iniciales para liberalizar los procesos políticos, pero luego terminaron restringiendo las libertades. En este proceso aparece la figura de un criollo extraordinario; Tomás Regalado; de espíritu indomable e tempestuoso que excedió los dominios y confines de la historia y ante quien la leyenda no encontró la terminología apropiada, para configurar al amo de la libertad. Si hubiera vivido en tiempos de la edad mitopéyica de los griegos, habría sido un hijo de Zeus.
Este varón excepcional, con un nombre vibrante como el de Cuscatlán, animó con sus hechos y pensamientos, con sus anhelos y pasiones el gran drama de la epopeya de la libertad. Más que un hombre, o más que un héroe ¡prodigioso producto de los siglos! Tomás Regalado es un fenómeno del arte de guerra y la política.
Su personalidad electrizante. Magnetismo de caudillo innato. Entra al escenario de la historia para iluminar todo con el brillo de su genio, con el resplandor de sus hazañas, con el brillar de su pensamiento creador, con el destello de sus acciones imperecederas.
Es el gran General de la libertad, que desde Jutiapa se traslado a Jalpatagua, desde donde toma las armas de la libertad, para luego derrotar el abuso y arrogancia de los hermanos Ezeta.
Es el Caudillo por excelencia; el guerrero pletórico de ideales que irrumpe por la belicosa región centroamericana, quien hace resplandecer sus armas invencibles.
Es el caballero indomable, que cabalga con sus hombres por los escabrosos caminos santanecos, entre grandes lodazales y ríos crecidos por las fuertes lluvias. Pasando las noches solo al abrigo de los grandes árboles, guardianes del aire y del agua, entre tragos y el humo de tabaco, el General dormía poco.
Es sin lugar a dudas, el amigo de toda la gente, quien esta en todas partes, quien todo lo ve y lo sabe. Un líder innato que visita a sus soldados, da las órdenes, dirige los combates y guía a su tropa por barrancas y veredas.
Todo esto explica por qué, desde joven tenía un carácter muy fuerte y gustaba mucho de la compañía de la gente del pueblo.

DEFENSOR DE LA REPÚBLICA Y LA DEMOCRACIA
Tomás Regalado, de la aristocracia criolla de la época, siempre estuvo interesado por los sucesos internacionales, pero al final siempre aterrizaba en la política nacional. Con un corazón guerrero sentía su descontento por los intereses foráneos de Justo Rufino Barrios sobre Zaldívar. Regalado era el prototipo militar salvadoreño de la época, por su arrojo y estoicismo, ante las situaciones más adversas.
El 31 de marzo de 1885, ocho mil soldados guatemaltecos invadieron el territorio salvadoreño, al mando del Gral. Justo Rufino Barrios, con el objetivo de derrocar al Presidente Zaldívar. Las fuerzas eran comandadas por algunos militares salvadoreños exiliados en Guatemala por el régimen de Zaldívar. Entre ellos figuraban los generales Francisco Menéndez, Joaquín y Estanislao Pérez, los hermanos Carlos y Antonio Ezeta, con el grado de Coronel. En Santa Ana, se preparaba para la batalla el Subteniente Tomás Regalado. El día 2 de Abril, era el día “D” para aniquilar las tropas salvadoreñas, contrario a ello fue el fin del gran reformador de Guatemala, quien murió de un disparo hecho bajo la clavícula de su hombro derecho, en Chalchuapa, lugar que cambio el rumbo de Centroamérica.
Al darse cuenta las tropas guatemaltecas del suceso, abandonaron de inmediato las acciones militares contra El Salvador.
Posterior a ello asumió el poder en Guatemala el Gral. Lisandro Barrillas, enemigo personal de Zaldívar. Quien además de inmediato priorizó el derrocamiento de su enemigo. Para lo cual entregó armas y municiones al Gral. Menéndez, quien comandaba las fuerzas que derrocarían al Presidente Zaldívar.
Tomás Regalado, ya con el grado de mayor, tomo parte en la toma de Santa Ana, acción que sería el inicio de la caída de Zaldívar. El 22 de Junio de 1885, hizo su entrada triunfal en la capital salvadoreña el General Francisco Menéndez. Quien asumió la primera magistratura del país, como la expresión del triunfo del liberalismo.
El General Regalado, no era ajeno a las inquietudes intelectuales. Desde muy joven, se veía su interés en la política y la milicia, sus sentimientos y sus sentidos estaban en camino a dirigir los destinos de los salvadoreños, su máxima consagración de toda su vida.
Al iniciar el gobierno de los Generales Carlos y Antonio Ezeta, la situación del Mayor Regalado y su familia, se complico, ya que si bien ambas familias eran muy buenos amigos, esto iba a cambiar. Antonio Ezeta declaró al Mayor Regalado como traidor, lo capturó con la intensión de fusilarlo. Posteriormente fue liberado por gestiones de su cuñado el doctor Reyes.
El régimen de los Ezeta, estaba pronto a caer, los abusos de poder, el deterioro de su gobierno, la repetida medida de acusar a sus opositores, de fraguar actos sediciosos, para luego inculparlos y apresarlos, esto y otras acciones más, habían llegado a niveles intolerables.
Nace una esperanza ante la infamia de los Ezeta. “Los Cuarenta y cuatro”, emigrados salvadoreños de Atiquizaya, Chalchuapa y Santa Ana, quienes establecieron como objetivo el derrocar a los Ezeta; mediante la captura de Antonio Ezeta y la toma del cuartel en Santa Ana. Logrado esto se obligaría a la dimisión del Presidente de la República. Comenzaba pues para Santa Ana una jornada patriótica que duraría cuarenta y dos días, en los cuales la ciudad fue sitiada por completo, es a partir de este hecho que a la ciudad se le conoce como “La ciudad Heroica”.
Los planes se ejecutaron tal y como se había planeado, las acciones dieron inicio en la madrugada del 29 de Abril de 1894. Fecha memorable de los hombres y mujeres que vieron la luz de la libertad al ver caído al bicéfalo gobierno de los Ezeta. Quienes salen exiliados del país hacia Panamá, el 10 de Junio de 1894. La revolución había triunfado y el General Rafael Antonio Gutiérrez ya era presidente.
La crisis internacional de los precios del café a finales de 1896 y los subsiguientes años a 1898, la situación era caótica, además la efervescencia política en contra del Gral. Gutiérrez, quien no tenía dinero para pagarles a los empleados públicos y su interés en crea la republica tripartita, hizo que su gobierno se desplomara.
Tras lo vaivenes de la política del momento, una vez más el General Tomás Regalado, es llamado a defender los intereses del pueblo salvadoreño y acepta su proclamación como jefe del levantamiento contra su antiguo jefe, con todas sus responsabilidades y consecuencias históricas que representaba. A pesar de ello y como nos dice el doctor Francisco Reyes; “Regalado se negó rotundamente a acaudillar el movimiento subversivo, ya que estaba plenamente convencido de llegar al poder por medios legales y democráticos”.
En su primer proclama al pueblo salvadoreño el General Regalado manifestó; “Salvadoreños, Tengo la convicción de que el mejor medio de conservar la paz, es asegurar la tranquilidad y el bienestar de los ciudadanos, y procurar, en una palabra, que todos estén contentos…”
El 1º de marzo de 1899, luego de ganar las elecciones presidenciales en forma abrumadora el Gral. Regalado, fue proclamado como Presidente Constitucional de El Salvador.
El Gral. Regalado, fue un presidente con una gran visión, demostró ser un gran gobernante, se entregó a una intensa labor administrativa con resultados exitosos, al rehacer la economía nacional y dejarla saneada al final de su mandato.
Su guía moral para gobernar se baso fundamentalmente en pocos términos; “Las palabras de nada valen cuando no se confirman con los hechos, cuando no responden a algo concreto y de positivo beneficio para el pueblo”.

HEROE NACIONAL

Digno soldado salvadoreño de la ciudad morena, quien desde muy joven demostró su valor ante la adversidad y siempre antepuso los intereses de la patria ante los personales, al dejar su familia y a su tierra natal, por no ver sufrir a su país.
Ciertamente el general Regalado, fue un hombre que estuvo muy lejos a su tiempo, en su sangre y en su mente siempre estaba su patria, fue co-participe del movimiento de los 44 Héroes, quienes reestablecieron la libertad en el país, cuando llegó a la presidencia continuamente sus acciones iban en beneficio del pueblo y por el pueblo, del cual se gano su respeto y aprecio.
El General de División Tomás Regalado siempre ejerció sobre sus subalternos una fuerza casi magnética, que provenía de sus gestos, mirada, su valor temerario y su ejemplo. Los soldados lo veneraban y lo seguían como a su caudillo.
Su último camino hacia la gloria, lo constituyó el día 11 de Julio de 1906, cuando El Salvador se hallaba amenazado por las tropas guatemaltecas. Se dice que el Caudillo de Regalado “decidió ir al frente de sus tropas, para lograr personalmente la derrota del enemigo. El cual se encontraba desplegado en el lugar conocido como EL ENTRESIJO, al ver ondear la bandera Guatemalteca arengó a sus soldados, tomó apretando la bandera salvadoreña en su pecho diciéndoles <¡Síganme! Nos reunimos junto a la bandera”.
Fueron las últimas palabras del Caudillo de Cuscatlán, quien solo quería hacer realidad su sueño y visión; Ver una patria centroamericana bajo el liderazgo de El Salvador. Cuscatlán había perdido a su hijo meritísimo, quien derramó su sangre hasta el último día de su vida.
El general Tomás Regalado ciertamente, murió como el quiso siempre; en combate en cualquier parte y a cualquier hora, al frente de sus tropas, defendiendo heroicamente la independencia, el honor y la dignidad de la nación.
Finalmente, debemos recordar con hidalguía los pasajes de la historia en que los valientes soldados entregan hasta la vida misma por su patria, en los momentos más difíciles que les toca defender “.

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